Muchos viajeros nos preguntan si merece la pena llevarse un saco de dormir a un viaje de varios meses. Nuestra respuesta suele ser que si no van a hacer acampada, no merece la pena cargar con un saco. Si el plan es dormir en hoteles, hostales, albergues… lo normal es que haya sábanas y, donde hace frío, mantas. Sin embargo, lo que sí recomendamos llevar es un saco sábana.
¿Qué es un saco sábana?
Para quienes no sepan de qué hablamos, se trata de una funda, como si fuera una sábana doblada a lo largo y cerrada por tres lados (con uno abierto para que te puedas meter, si no vaya plan) que hace las veces de sábanas inferior y superior. Su función fundamental es aislar del contacto con las sábanas. ¿Que llegas a un hotel donde parece que no han lavado las sábanas después de pasar los últimos seis clientes? ¿Que no estás seguro de que la cama del albergue no esté llena de minúsculos bichos? No pasa nada: te metes en el saco sábana, apagas la luz y a dormir tan ricamente.
Aun a riesgo de parecer una momia, es deseable que cubra hasta la cabeza, para que no toque la almohada (presuponemos que si las sábanas no están muy limpias, la almohada tampoco lo estará).
El saco sábana no solo protege de las sábanas que dan un poco de asquete, también sirve para incrementar la temperatura de tu saco de dormir (suponemos que estás haciendo acampada y por eso te has llevado el saco –ver primer párrafo-). Además, regula la humedad dentro del saco, lo que mejora la higiene y simplifica los días de colada, porque necesitarás lavar menos veces el saco (a cambio, lavas el saco sábana, lo que es más fácil y más rápido).
¿Cómo son los sacos sábana?
Se fabrican principalmente en dos materiales: seda y algodón. La ventaja de la seda respecto al algodón es su menor peso y volumen, que su tacto es más agradable y que a los bichitos les cuesta más atravesarla, al tener un tejido más compacto. La desventaja es, adivinad, su precio más elevado.
También es posible encontrarlos hechas de algún material sintético. Si no es transpirable descartadlo si no queréis salir de ahí dentro como un pollo del asador. En cambio, hay otros tejidos sintéticos (Thermolite®, Coolmax®, Perfom X…) que sí transpiran y pueden ser una buena elección, aunque, cómo no, son las opciones más caras del mercado.
En cuanto a su forma, los hay rectangulares y con la zona de los pies entallada. Los primeros permiten mayor movilidad de los pies y resultan más cómodos, mientras que los segundos ocupan algo menos de espacio y pesan menos. La elección de uno u otro es cuestión de prioridades y de si uno sufre el mal de las piernas inquietas…
Hay tamaños para todas las tallas: los encontrarás de entre 75 y 92 cm de ancho por 185 a 225 de largo. Cuando están doblados y metidos en su funda pueden ocupar algo menos que un manojo de espárragos trigueros (para los que no se hacen una idea: de 6 x 13 a 9 x 16 cm).
El peso de un saco sábana oscila entre los 150 y los 350 g y el precio, dependiendo del material, la calidad y la marca, va de 20 a 60 euros, aproximadamente. Se pueden encontrar en tiendas de material deportivo, de montaña y de acampada.
Al contrario que los sacos de dormir, los sacos sábana no tienen cremallera y por tanto no se pueden unir a otro, así que no son aptos para parejas acarameladas.
A algunos sacos sábana se les aplica un tratamiento contra la acumulación de bacterias e, incluso, un repelente de mosquitos y otros insectos que puede ser útil si se va a zonas tropicales. También los hay con un bolsillo interior para guardar cosas de valor y otros tienen un cordón para ajustar la parte de la cabeza y, ahora sí que sí, parecer Tutankamón. ¿Colores? Todos los que se os ocurran. Eso sí, en lo que coinciden todos, es que vienen con una funda.
Entonces, ¿es recomendable llevarse uno? Desde nuestro punto de vista, y como decíamos al inicio, sí, especialmente si eres escrupuloso, vas a países en vías de desarrollo y dormirás en hostales y albergues. Como hemos visto, hay muchas opciones y seguro que encuentras el que mejor se adapta a tus necesidades.
Y vosotros ¿viajáis con saco sábana, preferís un saco de toda la vida o no lleváis nada de eso?
Nota: la foto de portada es de peregrinoteca.com
Me parece que en países supuestamente desarrollados, y dependiendo del nivel de alojamiento al que se vaya tampoco vendrían nada mal.
Me ha parecido muy interesante saber que hay tallas: alguien canijo se puede ahorrar unos preciosos gramos de equipaje, y unos minutillos de secado al lavarlo, que no son tontería.
María, a mí la sábana saco me ha dado más de una noche de paz…
Muchas gracias por la información, me ha sido muy útil!