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Visitando Khayelitsa. Visitando el township.

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Era el momento. Al principio hubiera sido demasiado precipitado. Aun andabamos paranoicos andando por las calles, mirando a uno y a otro lado, pensando en que nos iban a robar, golpear y rematar en cualquier esquina… Pero con el paso de los dias vimos que Ciudad del Cabo no parecia tan peligrosa como nos la habiamos imaginado. Con el paso de los dias caminabamos tranquilos, relajados, disfrutando de sus tiendas, calles y edificios tipo americanas, de sus restaurantes de comida malaya sin mayores preocupaciones… Asi que pensamos que, si teniamos que ir a un township, ese era el momento.

Asi que después de 7 dias de dormir protegidos en casa de nuestros amigos Miquel y Eva, bajo un edredón de plumas, de comer rico y ducharnos caliente, decidimos ir a visitar y quedarnos a dormir en una de las barriadas de negros creadas por el apartheit, los townships, esos lugares a los cuales miles de negros y coloreados (coloured, en ingles) fueron expulsados, desde sus casas en el centro de la ciudad a las afueras, bien lejos de los blancos, desde principios de siglo XX. Sin mas motivos en realidad que ser negros (o mas concretamente, «no eran europeos» como decian los racistas blancos) Asi que les dijeron «os largais de aqui, os hemos preparado unas parcelitas en las afueras de la ciudad (a 20-30 kilometros) donde estareis muy a gusto. Son muy tranquilas y silenciosas. Ahora solo hay campos, asi que no molestareis a nadie. Y las casas que teniais, lo sentimos mucho, las vamos a derribar. Y como el ayuntamiento no tiene presupuesto, pues os toca a vosotros construiros nuevamente las casas» mas o menos debieron decirles. Asi que alli nos ibamos, a una de esas barriadas, construidas a base de chabolas, chapa sobre chapa, plásticos, maderas, cualquier cosa…, en las que, aparentemente, los niveles de violencia hacen de Ciudad del Cabo una de las ciudades mas peligrosas del mundo.

Al llegar a la estacion de taxis compartidos (en realidad, furgonetas de 16 plazas) nadie se extranyó demasiado cuando preguntamos por la furgoneta que iba a Khayelitsa, al Sector C, el lugar donde se situa uno de los 4 B&B aprobados por el gobierno para alojar a visitantes deseosos de conocer mejor lo que se cuece en esos barrios. En menos de 5 minutos estaba lleno y salimos zumbando direccion al aeropuerto, sólo que al llegar a su desvío seguimos saliendo, aun quedaban muchos kilometros. Sin embargo los primeros asentamientos chabolistas ya se veian… chabolas de chapa y madera, precarias, estaban construidas junto a la carretera. Apoyadas unas sobre otras, sin calles, solo pasajes minúsculos… En la zona más cercana al río, letrinas comunales vertiendo los residuos a éste. Y destacando sobre los techos, los cables eléctricos que, saliendo de cada chabola, pinchaban la electricidad de algunos postes eléctricos cercanos, creando una especie de carpa de circo sin cubierta. Ellos le llaman, las telas de aranya. Nosotros pobreza casi absoluta. Esos eran los «informal townships», creados sin planificación, espontáneamente, como autenticas barriadas y focos de pobreza. Hacia uno de esos creíamos que nos dirigíamos, con las gargantas secas…

Los carteles llegaron: Khayelitsa, a la derecha. Bien clarito, pero giramos a la izquierda. Se me heló la sangre… Por fuera intentaba que no se me notara, pero ya empecé a imaginar que nos habríamos equivocado de furgo y nos iba a dejar en mitad de la nada, a un par de blanquitos, listos para asaltarnos y hacernos todas esas cosas que no nos habian hecho todavia… Paciencia, pensé, porque, efectivamente, tras dejar a un par de personas volvemos a ver nuestras queridas senyales. Site C. Estamos llegando… cada vez hay mas trafico, mas gente, y la calle se hace angosta. Pasamos por mugrientos puestos construidos a base de chapas en los que venden por especialidades corderos en partes. En una, las entranyas; en otra; las cabezas; en las que les da el sol inclemente, la carnaza sanguinolienta… Aparecen puestos de ropa, alguna ferreteria, alguna de accesorios para moviles… todos en precario, en puestos cubiertos construidos con tablones y un par de vigas de madera. Estabamos en los alrededores de una pequenya estacion de taxis compartidos… habíamos llegado. Y nos sueltan en una gasolinera, nuestro punto de encuentro acordado (o eso me parecio entender que me dijo la senyora del B&B por telefono) rodeados de trafico, gente, negros, y nosotros, destacando en nuestra blancura, refulgente. Me sentia como si alguien nos hubiera depositado alli con un rotulo enorme de «estamos aqui, miradnos». Pero la realidad fue que nadie nos presto demasiada atencion…

Tras media hora de incertidumbre, aparecieron dos chicos que nos dijeron que venian llevarnos al alojamiento. Y nos fiamos, como no, mientras nos metian en el barrio. Mientras andábamos por la calle principal todo era actividad, pero aqui se desarrollaba en contenedores industriales, de los de los barcos. Habia peluquerias, tiendas de moviles, hasta un chino vendiendo ropa (y como no podia ser de otra manera, era el que mas surtido tenia…) Pero conforme nos internabamos por las callejuelas, entre chabolas, la actividad daba paso a la tranquilidad. Al ruido de pajaros, a la ausencia de coches. A ninyos jugando. Y poco a poco empezamos a ver como todo el mundo nos saludaba amablemente. Y que las chabolas daban paso a pequenyas casas de ladrillo, con techo a dos aguas, perfectamente sencillas y dignas. De hecho, no era ni una ni dos, eran muchas. Y empezamos a ver como el barrio no eran solo chabolas, sino una mezcla de construcciones. Habia calles asfaltadas. Y no habia postes de electricidad con miles de cables, sino electrcidad subterranea, asi como agua corriente en todas las casas y cloacas. Incluso un servicio de recogida de basuras semanal… Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que aquello no era un asentamiento chabolista, de peligros y riesgos, sino un pueblo precario, en el que vive la clase trabajadora negra y que repudian y temen tanto la violencia como nosotros…

El B&B resultó ser una construcción impresionante. Una empresaria local, hace 10 anyos, vio el potencial de recibir a extranjeros en su casa, para que conocieran lo que realmente era un township y la vida que en él hay.Empezó con su pequenya casa, en la única habitación que tenía. Así que empezó a recibir a gente, a ganar dinero, a prosperar y ampliar el negocio. A partir de una chabola mejorada, con el tiempo han sacado un segundo piso en el que tienen las habitaciones para los visitantes y un salón. Y es impresionante porque por fuera parece una chabola de dos pisos pero dentro es como un oasis. Luces halógenas, sofas de cuero, suelo de parquet, pantalla de plasma de nosecuantas pulgadas, portatil… Incluso han puesto banyos en las habitaciones en el piso de arriba, una proeza arquitectónica digna de mención, sin duda. Hoy en día Vicky es, visto lo visto, una gran empresaria, muy bien situada economicamente hablando, con 5 hijos en colegios privados, un gran coche familiar… una mujer que supo ver la oportunidad y prosperar. Pero lejos de querer irse, se ha quedado en su barrio de toda la vida, como segurametne harán todos aquellos que consigan, con el paso del tiempo, tirar adelante y mejorar su posición económica… Y gracias a ella muchos hemos llegado a conocer un poco su barrio y su forma de vida.

A la manyana siguiente caminamos dos horas por el barrio con un guía local, que nos contó la historia del lugar. Nos explicó como los townships resultantes del apartheit eran lugares de confinamiento y exlusión racial, pero era cierto que tenian unos servicios mínimos, como calles, agua, electricidad… Y otro tipo eran los que habiamos visto en el camino, construidos por gente que ha venido a la ciudad en busca de una oportunidad, asentándose allí donde pudieran, de cualquier manera… Khayelitsa es, como tantos otros townships, un lugar tercermundista, indignantemente distante de los barrios de los blancos (realmente como los de cualquier barrio de clase media alta de Europa) pero en el que el gobierno, con los escasos medios que tiene ante la gran magnitud del problema ha construido, allí donde ellos solo pudieron construirse chabolas, unas casas sencillas con sus comodidades y mínimos exigibles… Han pasado 15 anyos desde la construcción de este barrio, pero poco a poco se va convirtiendo en un pequenyo pueblo de casas humildes, habitado por gente trabajadora cuya única culpa es haber nacido negro en este país lleno de racismo y desigualdades…

Y nosotros, iluminados, contentos, sorprendidos, volvimos en nuestro taxi compartido al centro. Habíamos sobrevivido. Habiamos roto otra de esas imagenes totalmente erróneas con las que veníamos. Estabamos realmente contentos de haber visitado y dormido el township. Bye bye Khayelitsa.

Pablo Strubell

Editor de La editorial viajera, escritor y guía de viajes. Cuenta con dos grandes viajes a sus espaldas: Ruta de la Seda (8 meses, en 2005) y África de cabo a rabo (12 meses, en 2010-11). En sus pocos ratos libres escribe para este blog así como para Leer y viajar. Por si fuera poco, organiza las Jornadas de los grandes viajes. Y entre una cosa y otra, intenta viajar.

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alojamiento, apartheid, desigualdades, township

0 comentarios de “Visitando Khayelitsa. Visitando el township.”

  1. itziar la morena dice:
    25 abril, 2010 a las 22:42

    pero qué guevos tenéis! Espero que hayáis hecho fotos ya que me gustaría verlas. Supongo que habrá sido inevitable sentiros un poco «culpables» de pertenecer a la raza blanca despues de las perrerías que les han hecho…. yo por lo menos no podría sino sentirme avergonzada…
    A ver si el sol africano os tuesta un poquito y así no llamáis tanto la atención… 🙂 Cuidaos mucho y a seguir bien. Bs.

    Respuesta
  2. begotxu dice:
    26 abril, 2010 a las 07:33

    Pues si que estaria bien ver fotos aunque tal y como lo contais una se hace a la idea… Pero si, fotos-fotos-fotos!!!

    besazos fuertes

    Respuesta
  3. ANGEL de Benicassim dice:
    26 abril, 2010 a las 07:37

    Mi mujer me pregunta todos los dias por vosotros, no tiene el acceso al correo tan fácil como yo. Muchos ánimos departe de los dos . Cada día ,cuando lleo al trabajo , veo si habeis cambiado algo en el blog ( soy de los pocos que no tengo Facebook ).
    Mucha suerte y disfrutad !!

    Respuesta
  4. Francina dice:
    26 abril, 2010 a las 10:41

    pero que super aventuras¡¡¡, acuerdo con todo, en que la descripción es muy visual pero también que quiero ver fotitos ¡¡, a que mis gachupines, se tendrán que teñir los pelos güeros a tono azabache ¡¡, yo también me sentí rara en Kenia de ser la única blanca en el pueblo y que los niños me vieran las manos y cara como si estuviera enferma ¡¡, jaja, ya se irán acostumbrando ¡¡, besos y suerte ¡¡

    Respuesta
  5. Itziar dice:
    26 abril, 2010 a las 21:37

    Todo llegará, un poco de paciencia con las fotos ¡que esto es África!

    Respuesta
  6. Bgo dice:
    27 abril, 2010 a las 11:21

    ya me imagino la estampa los dos refulgiendo tan blanquitos y rubitos, jaja habéis salido de ésta, !!a por la próxima!! os sigo,..os quiero…

    Respuesta
  7. Chicaprima dice:
    27 abril, 2010 a las 11:53

    Sí señor……gran aventura. Parece mentira, no?…… la de prejuicios que tenemos !!(más o menos justificados, no digo que no, pero…..) Qué gran aventura y muy satisfactoria, por lo que parece…… Me alegro!!
    Eso sí…….las fotos, en cuanto que podáis!!!
    Un beso bien grande y a seguir disfrutando y haciéndonos disfrutar!!

    Respuesta

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