Ponte en situación. Estás empezando a preparar un gran viaje (o uno más pequeño, vale…). Comienzas a repasar mentalmente todas las cosas que tienes que llevar en el equipaje de mano, en tu amiga la mochila o bandolera. Instintivamente piensas en grande: la cámara de fotos, una batería y tarjeta extra, la guía, la navaja, el diario de viaje, la botella de agua… ¿Más? Sí, pero ¿y qué más?
Es en ese momento cuando hay que acordarse de una serie de pequeños objetos, aparentemente secundarios y poco evidentes, pero que facilitan la vida enormemente siempre y cuando los lleves siempre contigo. Igual algunos ya los tienes en cuenta y los has añadido en tu repaso mental pero, por si acaso, con el de hoy empezamos hoy una serie de artículos para convencerte de la utilidad e importancia de esos diminutos accesorios.
Nuestra protagonista del día
Nuestro pequeño personaje del día es un objeto de bolsillo que pasa normalmente desapercibido. Sencillo, pequeño, ligero, barato, ¡analógico! Su finalidad es apoyarnos y estar a nuestro lado constantemente, al igual que su inseparable compañero de reparto: el bolígrafo (o el lápiz, según el gusto). Hoy hablamos de la libreta o un cuaderno de bolsillo, un lugar donde apuntar cosas en caso de necesidad. ¿De verdad es tan importante?
De verdad. Piénsalo.
Recuerda tus viajes pasados. ¿Cuántas veces has intentado enterarte de los horarios de un autobús sin éxito, en algún país como Rusia, China o Egipto, en el que no comprendes bien el idioma y te hubiera bien venido poder apuntarlos en alguna parte? ¿Acaso no te hubiera venido bien poder dibujar un plátano para expresar lo que querías comer o un mapa para saber cómo llegar a algún lugar? ¿O pedir que alguien te escribiera unas palabras de vocabulario local, para poder comunicarte e interactuar con los habitantes del país en el que estabas? ¿O anotar un teléfono, el e-mail de algún paisano que conociste en el autobús o la dirección de un hostal o restaurante al que acudir?
Así es, cuanto más difícil sea comunicarse con la gente, más nos movamos, preguntemos, averigüemos… más querremos tener una siempre a mano.
Así es ella, tan pequeña, tan antigua (y para algunos, tan demodé) que normalmente nos olvidamos de la libreta. En pocas listas de preparativos figura el comprar ese artilugio, uno de los más sencillos pero, a la vez, útiles. Lo bueno es que si hemos partido sin una y nos damos cuenta del error será bien fácil subsanarlo y comprarla en cualquier papelería, puesto callejero cercano a un colegio, etc… así que con que te lleves una desde casa, es suficiente. Ya irás reponiendo.
¿Cómo elegir una?
No importa mucho el número de páginas, si son lisas, rayadas o cuadriculadas, si el papel es de mucho grosor o si es de la marca tal o cual. Esta libreta no es un diario de viaje, que queramos conservar durante años. Es un instrumento de trabajo, de comunicación, de ayuda… Así que lo más importante es que sea pequeña, para poder llevarla siempre a mano, sin que nos moleste constantemente, ya sea en el equipaje de mano o en el bolsillo. El tamaño más grande de las que nosotros usamos es el de un pasaporte. Si es más pequeño, mejor: más versátil será.
¿Qué voy a anotar en ella?
Tal vez aún no te he convencido de la utilidad. Déjame que te ponga ejemplos de las libretas que usamos en nuestro último gran viaje por África. Entre otras cosas, en ellas apuntamos:
- Horarios de salida de autobuses, trenes, etc (cuando los había, claro…).
- Correos electrónicos o teléfonos de viajeros, residentes o gente que conocimos en ruta.
- Precios de cosas, para poder comparar con los de otras tiendas.
- Cosas que no queremos olvidarnos de comprar, ver, hacer.
- Nombres de ciudades, bares, hoteles que otros viajeros nos comentaban que estaban bien.
- Sesiones de cine de películas que quieres ir a ver, horarios de museos, tiendas, monumentos…
- Detalles curiosos que observamos a lo largo del día (y que luego escribiremos en nuestro diario de viaje, en limpio y con buena letra).
- Palabras o frases del idioma del país en el que nos encontramos (hola, adiós, ¿cómo estás? estoy casada, demasiado caro, los números, etc.).
- Nombres de las comidas, canciones, lugares que nos gustan (y los que no también, para no repetir).
- Direcciones de gente a la que fotografiamos, para enviarles las instantáneas una vez impresas.
Podríamos seguir y seguir… la lista de ejemplos es larga, enorme, pero debemos acabar aquí la entrada. Solo espero haberte convencido… ¿Estás conmigo en su utilidad, pensando en tu próximo viaje? ¿O ya la usabas en tus aventuras?
¡Totalmente de acuerdo! Siempre llevo una encima, estando de viaje, o no, no salgo a la calle si ella. Es la mejor forma de anotar cosas interesantes que encuentras por el camino, así como información útil, etc etc.
Yo también lo hago, Marta. Llevo una libreta siempre para anotar información y datos y también ideas y cosas que quiero recordar. Además, durante los viajes me ayuda mucho para escribir detalles en mi diario.
Es cierto que las libretas personalizadas son muy útiles para los viajes ya que te permiten escribir cualquier idea o cosa que quieras apuntar o recordar sobre tu viaje.