Seguro que mientras soñabas con embarcarte en la aventura de hacer un gran viaje, en algún momento te has sorprendido confesándote en voz baja: «quiero viajar pero me da miedo«.
En una entrada anterior hablamos de los miedos más frecuentes que encontramos ante la idea de hacer un gran viaje: no tener con quién hacerlo, no tener suficiente dinero, a que te pase algo o no poder comunicarte.
En esta entrada vamos a explorar otros miedos a los que se enfrentan muchas personas que se han planteado hacer un gran viaje.
Me preocupa dejar el trabajo
Quizá pienses que no es buen momento para dejar el trabajo o aparcar tu carrera profesional durante unos meses. ¿Por qué no?, preguntamos nosotros. Viajar te permite mejorar y adquirir nuevas capacidades (idiomas, negociación, adaptación a entornos diferentes, resolución de problemas…), aspectos muy valorados en entornos laborales.
Estar insatisfecho con tu trabajo no es una condición imprescindible para querer aparcarlo temporalmente mientras haces un gran viaje. De hecho, puedes disfrutarlo mucho, pero desear recorrer el mundo durante un tiempecito. Por eso, pedir una excedencia o un permiso temporal sin salario es una opción que muchos utilizan. Con ello, no pierden el puesto de trabajo (si bien, con una excedencia, es posible que a la vuelta no haya posibilidad de reincorporarse hasta que haya una vacante en la empresa). En tiempos de crisis suele haber más facilidades para acogerse a estas oportunidades.
Si estas opciones no fueran posibles, hay quienes llegan a acuerdos para desarrollar su trabajo a distancia o proponen una colaboración freelance por la cual pueden seguir realizando algunas de sus tareas sin ataduras contractuales. Esto, claro, dependerá del trabajo en cuestión, así como de la empresa y sector en el que se trabaje.
Otros viajeros, sin embargo, deciden dejar el trabajo. Buscan un cambio a su situación laboral ya sea voluntariamente, con un despido incentivado o acogidos a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Además, si dejas tu empleo, no sería raro que a la vuelta quisieras cambiarte a uno que te suponga nuevos retos.
Es cierto que puede asustar la perspectiva de volver y no tener trabajo pero los datos nos dan la respuesta: hemos hablado con muchas personas que se atrevieron a hacerlo y la respuesta es contundente: unos meses después de volver del viaje, todas están profesionalmente igual o mejor que antes de irse.

Me cuesta separarme de mi familia y amigos
Lo que dejas atrás también te puede preocupar: los amigos, la familia, una vida “normal”. Sin embargo mantenerse comunicado en la distancia cada vez es más fácil, pues es posible comprar tarjetas SIM con datos y hay wifi prácticamente en cualquier país del mundo.
Con todo, muchas veces idealizamos la vida que tenemos en nuestras ciudades, pero si lo piensas, te darás cuenta de que hay muchos amigos o familiares que no ves en meses y con los que no hablas con regularidad. Una vez en ruta comprobarás cuánto se acuerdan tus amigos de ti. Verás quiénes te escriben para decirte que te echan de menos y quiénes no. A veces dolerá darte cuenta y otras te sorprenderá.
Me da miedo lo desconocido
Una de las cosas que más hemos oído de boca de personas que se estaban planteando hacer un gran viaje es «quiero viajar pero me da miedo no saber qué voy a encontrar o cómo me voy a desenvolver en ruta«.
El miedo a lo desconocido también frena a muchos. Es normal sentirlo ante la incertidumbre de lo que te puedas encontrar, por si dudas cómo comportarte o por las decisiones que tengas que tomar. En definitiva, es normal sentirlo ante un reto que asumes por primera vez.
Pero piénsalo: ¿no viajas también para eso? Para sentirte vivo y experimentar la emoción de lo nuevo, del descubrimiento y la aventura. Porque quieres aprender de otras culturas y tradiciones. Para romper barreras y prejuicios. Para probar y sentir cosas que tal vez no sabías ni que existían. Y, sí, desde luego, para pasarlo bien, muy bien.
Viajamos porque sabemos que lo que aprendemos así no está en ningún libro, no se retransmite por televisión, ni se enseña en ninguna escuela.
No esperes a tener todas las respuestas antes de salir: solo el viaje te las irá dando. Un dicho popular entre viajeros es que cada problema viene con su solución, que no hay que preocuparse en exceso por lo que pueda pasar. Todos los que hemos hecho un gran viaje en alguna ocasión hemos estado en una situación complicada y, de una manera inesperada, se ha resuelto y ha quedado en una anécdota que contar al volver a casa.

Me preocupa qué va a pasar cuando vuelva
¿Te preocupa el regreso? Como explicamos en el libro (hay un capítulo entero dedicado al retorno), es verdad que puede ser un momento complicado. Toca volver a estar fijo en un lugar, se acabó la libertad experimentada durante tantos meses. Además, la persona que regresa no es la misma que se fue, y comprobarás que el mundo que conoces ha girado a un ritmo más lento.
Sin embargo, experimentarás la felicidad de volver a tu hogar, con tus amigos, a comer tu comida. ¿Me podré reintegrar, volver a mi vida de antes? Sí, por supuesto, al volver recuperas tu vida aunque te llevará un tiempo de adaptación. Aunque la realidad muestra que muchos no han vuelto “a lo de antes” y son muy felices en su nuevo trabajo, en su nueva casa, con nuevos valores e ideas sobre la vida…
Otros obstáculos
Para algunas personas el hecho de tener una hipoteca es un lastre del que creen no pueden desprenderse. Se crea un círculo vicioso: necesitan ingresar dinero (ganar un salario todos los meses) para pagar la hipoteca, y por eso no pueden abandonar su trabajo. Lo mismo pasa con las letras del coche, moto o deudas similares.
Sin embargo, la solución no es tan complicada: alquilar el piso normalmente suele cubrir el coste de la hipoteca. Si no es suficiente, se puede alquilar amueblado, subiendo así el ingreso por alquiler y reduciendo el dinero que hay que poner cada mes. Si te da más tranquilidad, intenta arrendárselo a alguien que ya conoces. Y si lo que te preocupa es que los inquilinos no paguen mensualmente lo acordado, puedes suscribir un seguro que cubra los impagos en caso de producirse.
Si vives en una vivienda alquilada o compartida es todo más fácil aún, pues simplemente deberás hacer una mudanza y abandonarla. Y si te gusta mucho la casa donde vives habla con el arrendador para ver si existe la posibilidad de subarrendarla hasta tu regreso (y así no perder tu sitio).
Finalmente, hay otro tipo de excusas que también se oyen a algunos soñadores y que más bien son barreras mentales. Unos dicen que hacer un gran viaje no es posible porque tienen hijos, pero hay muchos ejemplos de personas que han realizado viajes largos en familia que demuestran que se puede y que resulta enormemente enriquecedor para todos.
Otros dicen que a su pareja no le gusta viajar: quizá se anime ajustando la ruta a países que motiven a ambos.
Y aunque es cierto que tener alguna discapacidad o ser mayor puede requerir más esfuerzo y planificación, no es ni mucho menos imposible. Superarlo es cuestión de prioridades y planificación.
¿No te daría más miedo quedarte en casa y, muchos años después, arrepentirte de no haber perseguido tus sueños?
Las barreras en la mayoría de los casos se las pone uno mismo. Se tiende a pensar en las limitaciones en vez de en las capacidades, muchas veces para justificar la propia falta de acción. Es cierto que puedes tener limitaciones y es bueno conocerlas para buscar una solución y enfrentarlas.
¿De verdad quieres hacer un gran viaje?
Si después de leer esto, aún crees que no puedes emprender tu sueño de hacer un gran viaje, piensa si no será que no tienes tantas ganas de hacerlo.
Esta web y el libro Cómo preparar un gran viaje están escritos para ayudarte en todos los preparativos de tu gran viaje, para despejar dudas, superar miedos y para que viajes con mayor confianza y seguridad. Pero no te ayudará a lo más importante: ponerle fecha de inicio a tu gran viaje. Eso te corresponde solo a ti. Ten el coraje de enfrentarte a tus miedos para poder perseguir tus sueños.
¿Sueñas con hacer un gran viaje? El libro Cómo preparar un gran viaje te ayudará en los preparativos y desarrollo de tu sueño. Resolverá tus dudas sobre visados, dinero, salud, seguridad, trabajo… y muchas cuestiones más. Disponible en papel y e-book y, con cada compra, nos ayudan a seguir viajando y mantener vivo este proyecto.
Un artículo estupendo, personalmente soy de las que le da miedo estar tan lejos de su familia. Siempre me lo planteo, pero es difícil decidir…
Estar lejos de la familia es sin duda uno de los motivos para pensárselo. Si te animas a dar el paso, ten en cuenta que ahora es muy fácil estar en contacto con la familia. Además, puedes invitarles a que se unan unos días a tu viaje y así no les echas tanto de menos y ellos pueden formar parte de tu aventura, aunque sea unos días.
Muchas gracias por leernos.
Hola Itziar.Os he oído en una entrevista de la cadena ser y me habéis gustado muchísimo.me gustaría que me dijeras la agencia de viajes donde preparas viajes para mujeres que viajan solas.Creo que soy una de esas.Cada vez me resulta más difícil encontrar compañero o compañera para viajar.Te felicito por todo lo que he leído y escuchado. Espero tu respuesta.Muchas gracias
Hola, Pilar.
¡Muchas gracias por tus palabras!
La agencia se llama Wom Viajes. Puedes encontrar información en su web: womviajes.com.
Ojalá te animes a venir a alguno de los destinos y compartamos unos días de viaje.
Un abrazo.
Hola, Pilar.
¡Muchas gracias por tus palabras!
Me alegro mucho de que te haya gustado lo que has oído
La agencia se llama Wom Viajes. Puedes encontrar información en la web: womviajes.com.
Ojalá te animes a venir a alguno de los destinos y compartamos unos días de viaje.
Un abrazo.