Es cierto: teníamos algo abandonado el blog. Para los que nos seguís con interés, la ausencia de noticias sería llamativa y, si por el blog fuera, en estos momentos pensaríais que nos encontramos todavía en Kenia. Nada más lejos de la realidad, pues llevamos tres semanas en Uganda. Lo cierto es que lo estamos disfrutando tanto que hemos desconectado más de lo habitual. También es verdad que hemos ido a sitios más remotos, con internet menos accesible y que los momentos libres los hemos dedicado a trabajar en unos artículos para Casa África, para su blog África Vive. Pero hoy estamos de vuelta en el ciberespacio.
Entramos en Uganda el 21 de noviembre, desde Kenia, llegando a Jinja a dormir. Desde el primer momento nos gustó. Es una ciudad muy tranquila, planificada y ordenada. En su centro hay algunos edificios coloniales, algunos incluso son bonitos. Pero lo que nos gustó fue su ritmo pausado; sus árboles y verdor; la limpieza; la cantidad de opciones para comer; y algo que ahora entendemos que es una cosa ugandesa: lo respetuosa, amable y educada que es la gente.
Jinja es famosa, sin embargo, porque allí se encuentran las fuentes del Nilo azul, que nace del Lago Victoria. Antes, el nacimiento estaba marcado por unas cascadas pero desde que han construido una presa río abajo, su arranque ha perdido la fuerza visual. Con todo, estar allí, viendo el lugar donde nace el Nilo es emocionante, o al menos lo fue para mí: es un lugar que durante décadas, siglos, fue enigmático, desconocido para los europeos. Solo a mediados del siglo XIX se consiguió encontrar y cartografiar: fue Speke, un inglés, al frente de la segunda expedición británica que lo intentaba.
Allí, en Jinja, me regalé un día de rafting en el Nilo. Era mi primera vez y lo pasé como un enano. No pensé que me fuera a gustar tanto deslizarme acojonado por los 8 rápidos que son navegables, botando por columnas de agua y enfrentándonos a olas de 10 o 20 metros de alto. Bueno, tal vez no era para tanto, pero al ir delante del todo la sensación para el novato era esa. Allí coincidí con 4 españoles que venían en coche desde Sudáfrica. Sus aventuras me recordaban a nuestro viaje de 2010, aunque los medios fueran diferentes. Su ilusión, su entusiasmo y el recorrido me dieron mucha envidia.
Fue en Jinja también donde Itziar se enteró de que durante el mes de noviembre estaba en promoción visitar los gorilas en Uganda: en lugar de los 500 dólares que cuesta habitualmente el permiso, «solo» costaba 350. Decidimos tirar la casa por la ventana e irnos a la capital, Kampala, a intentar conseguir las entradas. Y lo logramos para el día 30 de noviembre, lo que nos daba tiempo a ir tranquilamente hasta Kisoro, en la punta suroccidental del país, en la frontera con Ruanda y República Democrática del Congo.
Fuimos en bus, tras dormir en Kampala. Un autobús especial: el Post bus, el medio de transporte en el que el servicio postal ugandés transporta sus cartas, paquetes y, de paso, a los viajeros que paguen la tarifa (9€). Nos pasamos once horas en el autobús, de 5 asientos por fila, que por suerte era conducido con inusual prudencia, lo cual se agradeció. No tanto el que parara en todas las oficinas de Correos del camino, algo que ya sabíamos que iba a pasar, aunque siempre eran buenos momentos para comprar brochetas de carne, plátanos (la fruta nacional), refrescos o cebollas. En total, 35 paradas, de media, una cada 17 minutos.
Kisoro también nos gustó. No tiene nada de especial, pero al estar rodeada de colinas y tres enormes volcanes, resultaba bonita. Y limpia. Y tenía hasta jardines públicos y decoraciones florales en algunas calles. Estaba cuidada, algo también inusual. Allí descubrimos que el cerdo también se consume, pero casi clandestinamente. O, al menos, de una manera no llamativa, dicen que por respeto a los musulmanes aunque en este país sean tan solo el 10%. Lo comimos a la barbacoa o frito con especias y rehogado con repollo y tomate. Para nosotros, un cambio de dieta que nos entusiasmó.
Pero estábamos allí de paso, nuestro destino eran los gorilas. En concreto Rushaga, una de las 4 puertas de acceso al Parque Nacional del Bosque Impenetrable de Bwindi. Apenas estaba a 30 kilómetros de Kisoro, pero al no haber mercado en ninguno de los pueblos de la zona, no había transporte público, así que nos tocó alquilar un taxi para subir por pistas rojas, embarradas a tramos, rocosas en otros, y siempre subiendo por empinadas colinas llenas de cultivos.
Dos horas después llegamos a Rushaga, al Nshongi Camp, una delicia de sitio. Constituido por cinco cabañas, estaba justo frente al bosque impenetrable, una barrera de árboles que se alzaba como una pared ante nosotros. Veíamos monos (colobos negros y blancos) y decenas de pájaros desde nuestra cabañita. Pero lo bueno, lo esperado, llegaría al día siguiente. A las 8 de la mañana teníamos que estar listos en las oficinas del parque. A esa hora, saldríamos a buscar a los gorilas de montaña. A alguno de los apenas 800 que quedan en el mundo. Algo que para muchos es la experiencia más impactante de todo viaje por Uganda.
Hola!!!
Me alegra mucho saber de vosotros y esas AVENTURAS con mayúsculas que vivís…estaba ya mosca por el tiempo transcurrido!
Y después de los Gorilas, a dónde encaminais vuestros pasos?
Un besazo para Itziar y un fuerte abrazo Pablo
Jordi
Hola Pablo e Itziar:
Que interesantes y amenos son vuestros escritos, no sé cuando tenéis pensado volver pero siempre tengo caldo casero y la chimenea encendida y cada atardecer salgo a la terraza para ver si os veo llegar en el horizonte. Me consuela saber que cada día falta un día menos para que un día llaméis a la puerta.
En lo que a los Gorilas se refiere, ardo en deseos de saber más. Les habéis puesto música? o a estas alturas os aceptado en su comunidad y os habéis construido una cabaña en un árbol y saltáis de rama en rama cogidos de una liana y habéis adoptado un bebito Gorila al que llamáis Silver.
Un abrazo y cuidaros mucho.
Olá!
Mais um pouquinho, atravessam a RDC e vêm passar o Natal a Benguela!
Estive a ver o mapa e parece-me que o nilo que nasce no Uganda é o Nilo Branco; o Nilo Azul nasce na Etiópia, no lago Tana.
Beijinhos e boas viagens! Um feliz Natal!
AAAAAAAHHHHHH!!!! Volem saber com continua la història!!!!
Nos habéis dejado en lo mejor ¡entrada sobre los gorilas
Hola amigo, muy buen blog! Africa es un lugar de aventura, de descubrimiento, animense!!!! Muy buenas fotos y relatos de tu viaje, un abrazo.