«¿Quién no ha soñado una vez siquiera en su vida con cazar un león? Casi podría afirmar que este deseo lo ha tenido todo el mundo, incluso entre los no iniciados en la cinegética.»
Estar alojados en Mombasa (en la costa de Kenia) en casa de un amigo unos días, me ha permitido ponerme en contacto con un mundo para mi del todo desconocido: el de la caza. Y es que yo cuando pensaba en la caza hasta hace muy poco pensaba en liebres, pichones o faisanes, pero pocas veces en leones, búfalos o elefantes. He pasado varios horas leyendo algunas de las revistas que había por la casa y he de decir que no acabo de entender, sigo sin comprender, qué mueve a los cazadores a matar. ¿Dónde está el placer de derribar animales y presumir de ello?
Ahora que hemos trabajado como guías de safaris fotográficos (es como se les llama, para contraponerlos a los safaris de caza) la sensibilidad hacia la naturaleza, hacia la vida, hacia su disfrute a través de la contemplación pasiva hace que leer revistas como la que nuestro amigo tiene en su casa te haga alucinar, en el mejor de los casos. Hablo de revistas como Cazar, Hunters, Jara y sedal… ¡hay unas cuántas, los cazadores no son dos o tres!
No se si alguno de vosotros ha hojeado alguna vez alguna revista de caza. Os invito a que lo hagáis. No hace falta comprarla: en muchos quioscos o en el VIPS de Madrid os dejarán echar un ojo. A mí, además de la frialdad con la que hablan de la muerte de los animales y de las armas que tienen que utilizar para poder ejecutar a los animales con efectividad, me han sorprendido unas cuantas cosas. Casualmente 10, o bueno, tal vez no es tan casual:
1) Las fotos de los cazadores con sus trofeos: todo tipo de animales muertos a sus pies, con el cazador sobre ellos, con cara de satisfacción y plenitud ante el objetivo muerto. Algunos orgullosos con animales tan escasos como leopardos o queridos por casi todos como el oso polar…
2) Las fotos de niños (por ejemplo la de Gonzalo Martínez-Bordiú) con trofeos, cuando yo creía que la caza con armas de fuego era una actividad para mayores de edad. Aunque ahora que lo pienso, ya sabía que no era así. El hijo de nuestra infanta y Marichalar se pegó un tiro con un arma, ¿no?
3) Artículos con tanto calado y rigor como los titulados «¿Qué son realmente los ecologistas?» o editoriales ardientes, en las que se dedica a denigrar y machacar a los protagonistas. La bilis rezuma en cada línea, el odio es patente en cada argumento. Enemigos viscerales.
4) Cómo se habla de los animales en términos de ranking: «el elefante, al que disparó a muy escasos metros, es además un buen ejemplar de 14 kilos por punta…». «El lance se desarrolló con la exigencia y la emoción que siempre impone la selva camerunesa…» ¡Bravo!
5) Cómo habla del proceso de caza de los animales: «el león es un animal de piel blanda que encaja muy bien los disparos, sin ofrecer la enorme resistencia de los búfalos o los elefantes». O de la munición a usar: «El calibre 9,3×64 y su pariente cercano el 375 Magnum con municion de entre 280 y 300 grains y punta expansiva, sería un calibre ideal.»
6) Cómo habla con frialdad de dónde y cuánto cuesta cazar un bicho… «Sus precios oscilan entre un carísimo Sudáfrica o Botsuana con casi 20.000 dólares de tasa de abate a un barato Etiopía o Tanzania que por 2.000 o 3.000 dólares…» para luego, en el mismo artículo, afirmar que la situación del animal es «alarmante» y «preocupante». Eso sí, si tienes la pasta, te vas a por él, ¿no?
7) Cómo no les importa que haya poquísimos animales de una especie, para cepillarse un bicho: «los animales censados no superaban los 50. Tan solo sacaban un permiso para cazar y gracias a que los americanos no entraron en la subasta, pudimos adquirir la licencia para cazarlo.» Estupendo. ¿De verdad es amar la naturaleza matar un animal del que el propio cazador sabe que solo quedan 50 censados?
8) Esos artículos titulados «Armas y municiones para osos» con sus lindezas: «si hubiera tenido las balas adecuadas, el oso hubiera caído redondo al primer tiro«.
9) La cantidad, variedad y precios de las armas para matar. Rifles de cerrojo entre 700 y 2.000 euros, semiautomáticos en la misma onda, monotiros de hasta 2.500 y así subiendo hasta rifles express superpuestos que empiezan en 6.500 euros. Un chollo esto de matar.
10) Y lo que más, aunque esto no es común en todas las revistas, los viajes de caza que se anuncian. Por 3.000 euros, puedes irte 5 días de caza a África y tener derecho a matar 10 facóqueros (jabalís berrugosos). Por 16.000€, un búfalo y un antílope sable. Y por 22.000 euros te puedes cepillar una jirafa y un león, eso sí, de melena negra, que molan más. Pero si lo que te gusta es matar elefantes, como a nuestro rey, no es problema: solo tienes que pagar 25.000 euretes y en un safari de caza de 7 días te llevas a casa sus colmillos de marfil, pezuñas y no se cuántas cosas más… Precioso. En la Zarzuela o en tu casa, deben quedar divinos en el recibidor.
En fin, que todo se resume en esta bella frase sacada de una entrevista: «Gracias a Dios que soy cazador.»
Pues eso.
Aaaaaarrrrggggghhh!!!!
Y mira que creo que la caza tiene su papel… pero bien entendida y, sobre todo, bien aplicada!!
Querido Pablo:
Creo existen diferentes estados evolutivos dentro de la especie humana, ¿sirve como ejemplo la muelas del juicio?. Haciendo un esfuerzo de empatía creo que los cazadores tienen muy presente un instinto depredador que otros seres humanos, como tu y como yo, no somos capaces de encontrar en nuestro interior.
Argumentos como «el negocio que eso supone para África» o que «la caza asegura la superveniencia de ciertas especies» me han servido para mirar a los cazadores como consumidores de lujo.
Tus apreciaciones me evidencian que la fanfarronería, soberbia y menosprecio no solo están presentes entre los cazadores, sino también en sus publicaciones, algo que me ha sorprendido. Muchas gracias por compartir con nosotros tus impresiones Pablo. Yo sí puedo decir, «qué suerte tenemos de no ser así, y lo que nos ahorramos». Un fuerte abrazo y por favor volved pronto, que os echo de menos. Cuando lleguéis a Madrid os invitaré a cenar en casa, encenderemos el fuego y recostados sobre cojines frente a la chimenea hablaremos de Europa, África y nosotros. Beberemos vino tinto, comeremos jamón, queso y un buen caldo. Un fuerte abrazo. Marcos
Que tristeza! Querido Pablo, solo quiero decirte que, aunque nunca tuve ninguna intencion de hojear una revista de caza, tras leer tus comentarios jamas lo hare. Un abrazo y cuidate alla donde estes!
Se me arruga el estomago viendo estas fotos, que pena me da tan poca sensibilidad.
tristeza y mucha pena 🙁
Pues miras las caras a los cazadores y te parecen gente maja y normal, así ellos tan contentos y sonrientes.
Yo no me confiaría lo más mínimo. Matar por matar, para divertirse, para experimentar no sé que sensanciones, no puede ser sano ni normal, por más que digan lo que digan. Yo no me lo voy a creer nunca.
Que horror! Cómo se pueden estar riendo los de la foto que salen con ese guepardo (creemos) tan precioso muerto? Aquí con pasta todo se puede, por lo visto! encima aquí tenemos un rey que da ejemplo, la verdad es que es para indignarse!!!!
Cambiando de tercio, esperamos que estáis bien y disfrutando de vuestras vacaciones, porque habíais hecho un paréntesis en África, no?
Un abrazo!
Desafortunadamente a dia de hoy es tal el espolio de elefantes y rinos q los furtivos estan haciendo en Africa, q nos nos queda otra q aliarnos entre conservacionistas, cazadores, y todos los grupos posibles. De lo contrario y como ya sabéis, según dicen las organizaciones de la conservacion de la naturaleza especializadas en el tema, podría ser q en menos de 20 ó 30 años ya no quede ningun ejemplar en libertad para el disfrute de todos. Si la caza controlada y bien gestionada puede ayudar a ingresar dinero para la conservacion de cualquier especie en peligro de extincion o controlar la superpoblacion (como era el caso de los elefantes en el Sur de Africa hace apenas unos años), q asi sea. Todo con tal de q las futuras generaciones tengan la suerte q hemos tenido de disfrutar de estos gigantes en las sabanas africanas.
Abrazos
Yo he llegado a la conclusión de que no es sólo que estemos rodeados de gente maliciosa, psicópata (aquel que está falto de empatía alguna), egoístas, ladrones y corruptos, lo cual es fomentado con los sistemas educativos actuales a nivel global, sino que, estamos rodeados de inútiles. Y esto es triplemente desesperante, porque los tontos no descansan y contra un inútil nada puedes hacer, porque no da más de sí.
También me indigné con la famosa cacería del «rey», ya no por el hecho en sí, sino, por el final de tan majestuoso animal. Y ningún medio de comunicación hizo referencia a eso. Acababan de fulminar por placer la vida de semejante belleza y lo único que importaba era lo que se había gastado en tiempos de crisis.
Nos están robando lo que es de todos, pero parece que preocupa más quién es llevado por del Bosque para dar patadas a un balón 11 machotes contra otros 11 machotes. Y lo seguimos consintiendo.
A mi juicio sólo ha funcionado una revolución en el mundo, y a medias. La francesa. Por favor, leamos más escuchemos más música, viajemos más, veamos teatro y cine del bueno sin explosiones.
Recomiendo a todos una obra del genial y único Clint Eastwood de 1990 llamada: White Hunter, Black Heart. Es España se llamó: Cazador blanco, corazón negro. Dice, matar un elefante no está mal, es un PECADO.
Saludos
Aunque uno pueda entender los origenes de la caza por placer cada vez me da mas repulsa y mas aun si cabe cuando se trata de especies protegidas. Por desgracia es un negociazo inmoral como muchos otros y por ello tardara en desaparecer, si es que lo hace algun dia…
Yo creo que va con los genes tener compasion por personas, animales o situaciones a lo largo de nuestra vida, ésta nos pone en situaciones limites donde la cordura, la empatía y sentimientos mas ocultos, hacen actuan nuestros impulsos hacia un lado u otro.. Una pequeña anecdota os voy a contar. Cuando mi hijo tenía 22 años (ahora tienes 34), entró de la terraza despues de estar un rato observando un perrito que estaba en un balcon a pleno sol a las 4 de la tarde, de un mes de agosto infernal, tenia la correa en el cuello atada a un barrote del balcon donde estaba, era de un metro de larga, yo misma ví que lloraba constantemente desesperado de un lado a otro de su pequeño espacio asfixiante, mi hijo con las lagrimas en sus ojos entro al salon y me dijo, no puedo mas, voy a llamar a la policia, ¿como puede haber gente tan infame, fria, tan irresponsable? es un ser vivo y hay que protegerlo, al cabo de escasos 10 minutos, vimos a la dueña quitar el nudo donde estaba el desesperado animalito prisionero, un cabo de la guardia civil estaba en la calle observando que el perro pequeñito quedaba libre y lo metian dentro de la vivienda, me sentí orgullosa de mi hijo y penser, creo que tengo una gran persona en casa, de pequeños y grandes detalles esta nuestra vida. Esa tarde..hubo mucho silencio en casa…creo que meditamos los dos para nuestros adentros….para un hijo debe de ser duro que su madre notara su fragilidad, cuando somos nosotras las madres, fragiles para sus ojos jovenes y deseos de protegernos,…pero pudo mar su humanidad…