Algunos de ustedes se preguntarán porqué el punto rojo del mapa no se ha movido de Ouagadougou durante dos semanas completas. Nos hemos quedado porque he participado en un curso intensivo de dengue. No es que me hubiera propuesto aprender a bailarlo, simplemente me tocó en un sorteo una inscripción al cursillo y tuve que aprender.
El dengue es un baile de pareja, lo que en un guateque se llamaría «un agarrao». Bailar el dengue es muy fácil: sólo hay que dejarse llevar por el maestro. Así es cómo se hace.
Al principio el ritmo es suave, pausado, el maestro te lleva sin prisa y durante cuatro días te deslizas por la pista de baile con algo de fiebre y un ligero dolor de cabeza.
Los siguientes cuatro días el ritmo va in crescendo, la velocidad del baile aumenta y el maestro te arrastra frenéticamente por la pista, te lleva de un lado a otro sin descanso, te zarandea, te lanza al aire y te recoge in extremis… lo que hace que la fiebre aumente y aparezcan los sudores. En esta fase también se introduce un zapateado endiablado y unas palmas furiosas, lo que provoca un dolor de cabeza insoportable.
A partir de aquí, la música va decayendo y con ella la velocidad del baile y de la fiebre y los dolores que la acompañan. Y en estas estaba cuando, afortunada de mí, volví a ser agraciada con otro premio: fiebres tifoideas, lo que me tuvo en la pista de baile, con fiebre, diarrea y vómitos, unos cuantos días más…
En total han sido quince días sin parar de bailar que me han dejado agotada. Lo único que lo ha hecho un poco llevadero ha sido Pablo, que desde la barrera estaba pendiente en todo momento de los avances del baile y me enjugaba el sudor, me daba agua y me animaba a aprender rápido para que el maestro me dejase ir lo antes posible. Sí, han sido quince días muy duros, sobre todo porque a mí nunca me ha gustado bailar…
Ánimo chicos!
No tengáis prisa por reanudar el camino si podéis recuperar fuerzas y ganas en algún sitio en el que estéis medianamente a gusto!
Besote especial a Itziar
¡Mucho ánimo!Lo bueno es que acabarás inmunizada contra tantas cosas, que cuando volváis no te vas a pillar ni una triste gripe en años 🙂
Mucho animo, lo habrás pasado mal.
Ahora a coger fuerzas y a seguir . Espero que Pablo no lo coja( no sé si es contagioso…).
Un abrazo fuerte
Olá!
Pois é! Faz parte…de África!
Espero que te recuperes rapidamente e que possam seguir a vossa maravilhosa viagem.
Também há muito dengue no Brasil e até houve já alguns casos na ilha da Madeira. O dengue é uma febre hemorrágica (não se pode tomar aspirina)e o vector é um mosquito. Infelizmente mosquitos não faltam!
Beijos grandes e rápidas melhoras, Itziar!
Sofia
¡Gracias a todos por los ánimos!
@María: desgraciadamente tener dengue no te inmuniza sino que si lo vuelves a «bailar» es más virulento :s
@ Ángel y María: no os preocupéis, no se contagia entre personas, «solo» de mosquito a persona.
mira el lado bueno, nos podrás enseñar nuevos pasos de baile ¡¡, cuidate ¡¡
Bueno Itziar, espero que a Pablo no le interese aprender a bailar: si es como su padre, no hay problema! En serio, cuidaros mucho, mucho, con el mosquito Aedes aegypti y con todos los demás posibles percances que os quedan por delante!
Ays! que no te había leido hasta ahora y tú malita!!! Guapetona! qué tal estás ya?? Ponte fuerta y cuidate mucho. Dile a Pablo que te requetemime. Te quiero!!!
¡Recuperada! Y con ganas de verte y de veros.
No worries, Pablo no me podía haber cuidado mejor.
¡Hasta dentro de nada!
[…] vez más seria fue en Burkina Faso: Itziar fue hospitalizada en observación por fiebres altas y un importante dolor. Fueron menos de 24 horas de atención hospitalaria. Apenas unos […]