Algunos de vosotros, queridos lectores, nos habéis hecho preguntas referentes al viaje, a lo que llevamos, a la logística… Para todos aquellos curiosos por conocer más de África de cabo a rabo, aquí están algunas de esas preguntas, junto a nuestras respuestas. Si tenéis alguna pregunta más, enviádnosla e intentaremos saciar vuestra curiosidad.
P: ¿Se puede estar bien depilada en medio de Namibia?
R: Habría que definir qué es «bien» depilada, porque, lo confesamos, hemos rebajado el nivel de exigencia y cuidado de la estética… Digamos que nos hemos adaptado un poco a los países en los que hemos estado, donde las exigencias de «bien depilada» o «bien afeitado» son menores. Además, lo que es aceptable en el aspecto en cada país es diferente: por ejemplo en Madagascar las mujeres en general no se depilan las piernas pero sí las axilas; en Angola, Gabón y Camerún los hombres se hacen la manicura y pedicura; en Gabón y Camerún muchas mujeres llevan las uñas de los pies largas y en punta y muy bien pintadas; en Santo Tomé la barba no está bien vista; en todos, las mujeres dedican muchas horas, pero muchas, a arreglarse el pelo (se hacen trenzas, se lo alisan, se ponen extensiones…). Pero volviendo a la pregunta, sí, se puede estar bien depilada en Namibia y en cualquier país de los que hemos visitado hasta ahora, porque siempre hay peluquerías o centros de estética donde lo hacen. Otra cuestión es el método que se utilice… (Nota: no os preocupéis, llevamos las uñas de los pies bien cortitas…).
P: ¿Lleváis líquido de lentillas para un año?
R: No, no llevamos nada para un año, más bien para un mes. En casi todas las capitales o en ciudades grandes (según el país) es posible comprar y reponer lo que nos falte: líquido de lentillas, champú, pasta de dientes, desodorante, pilas, bolígrafos, cuadernos (para escribir el diario), jabón para lavar ropa… ¡incluso de nuestras marcas favoritas!
P: ¿Cuánta ropa interior lleváis?
R: Cuatro mudas y dos pares de calcetines. Al igual que hacemos con el resto de la ropa, que tampoco es mucha (cuatro camisas, dos pantalones, un pantalón corto -Pablo- y una falda -Itziar-, unas sandalias, unas zapatillas y un forro polar), intentamos lavarlas a medida que se van ensuciando. Aunque, lo admitimos, aquí también hemos tenido que rebajar las exigencias de limpieza… y la verdad es que no cuesta tanto. Muchas veces, a pesar de llevar la misma ropa durante varios días, somos los más limpios del pueblo.
P: ¿Hay agua caliente en los hoteles donde dormís?
R: Depende de los países. En Sudáfrica y Namibia las instalaciones hoteleras son primermundistas y el agua caliente no falta. En los demás países lo normal es que no haya agua caliente o la haya solo en los hoteles que no nos podemos permitir. Muchas veces ya es un logro que haya agua, aunque sea en un cubo, como para preocuparse por su temperatura. Pero con el calor que pasamos en estos países tropicales donde nos encontramos ahora, no echamos de menos el agua caliente (o de eso intentamos convencernos). Y se nos está quedando una piel di-vi-na.
P: ¿Cuántos libros lleváis?
R: Pablo lleva «My family and other animals» de Gerald Durrell, del que ha leído algo más de la mitad, y «Cómo desarrollar una memoria portentosa» de Dominic O’Brian, que no se ha acordado de leer. Itziar salió de casa con «Ancestral vices» de Tom Sharpe y no ha llegado a la página 20. Y no es que no nos guste leer, sino que, aunque no os lo creáis, no tenemos tiempo. Esos momentos plácidos que debéis de creer que tenemos tumbados en una hamaca, deslizándonos entre colinas en un tren silencioso, recorriendo carreteras de asfalto nuevo recostados en un cómodo bus interregional, simplemente ¡no existen! En cualquier caso, los huecos que encontramos para leer los dedicamos a las guías de viaje y los periódicos locales y también a escribir nuestros diarios de viaje.
P: ¿Dónde escribís las crónicas?
R: Escribimos las crónicas en un pequeño ordenador portátil que nos compramos dos días antes de salir de Madrid, sin saber si iba a ser muy buena idea. Pero está resultando que sí: internet, en general, es caro, lento y poco fiable y llevar las crónicas y los emails escritos nos ahorra tiempo, dinero y quebraderos de cabeza. El ordenador también nos permite hacer copias de seguridad y cambiar el tamaño de las fotos para poder subirlas a nuestra web. Pero nos pasa lo mismo que con la lectura: es difícil encontrar momentos de tranquilidad para dedicarlos a esto.
P: ¿De qué os habéis vacunado?
R: Nos hemos vacunado contra todo lo que nos han dicho los médicos del centro de vacunación: fiebre amarilla (en algunos países es requisito para permitir la entrada), recuerdo de la antitetánica, hepatitis A y B, cólera, fiebres tifoideas y meningitis (después de pensárnoslo mucho). Para la malaria, contra la que aún no existe vacuna, como muchos de vosotros sabréis, no estamos tomando la profilaxis. No lo hacemos porque deberíamos estar tomándola durante muchos meses y el medicamento es bastante fuerte, especialmente para el hígado, y con muchos efectos secundarios. Eso sí, dormimos siempre con mosquitera, nos rociamos con bien de repelente y nos hartamos de beber tónica. Pero que no cunda el pánico, llevamos un tratamiento de emergencia contra la malaria (Coartem), por si nos pilla y no hay hospital cerca. El otro día conocimos a una pareja que lleva unos cuantos años viajando por África con el proyecto «Drive against malaria», con el que pretenden concienciar sobre la enfermedad,además de diagnosticarla y tratarla y ellos tampoco toman profilaxis, por el mismo motivo. Al conocernos, su primera pregunta fue «¿cuántas veces habéis tenido malaria?». Y pudimos responder «de momento, ninguna».
P: ¿Ya os habéis llamado «cariño» (como en «¿ves como sí que era por ahí, cariño?»).
R: Un par de veces, como en toda buena familia. Pero nos estamos entendiendo muy bien, cada uno encontrando su espacio a pesar de estar todo el día juntos. Además, viene muy bien ir acompañado, sobre todo en esos días en que uno no quiere hablar con nadie y toda África está empeñada en saber de dónde eres y cómo te llamas: ahí está el otro para reponder. Tampoco os engañaremos, no todo es color de rosa y en algunos momentos de cansancio, hambre o hartura nos hemos gruñido un poco. Y sí, incluso, nos hemos llamado «cariño».
Olá
Posso assegurar que os nossos amigos viajantes não estavam (em Setembro) cobertos de pêlos como os macacos, nem cheiravam mal, estando ambos com um aspecto muito lavadinho….srrrrs!
Beijos
Sofia
Hola Itzi
Ayer celebramos una fiesta de cumple.
Pero hoy esta venga a nevar.
Saludos tu sobrino Asier.
Hola, Asier!
Espero que lo pasaseis muy bien en la fiesta y que tu madre te felicitase de mi parte.
Muchos besos!