Domingo, 10 de octubre
Itziar
10 de octubre: 10.10.10. Seis meses de viaje. Lo celebramos comiéndonos un bocata de jamón en una roça abandonada con vistas al bosque de cocoteros y el mar. Precioso. Hemos venido de excursión con Wander, el guía. No porque nos apeteciera especialmente sino porque Nora nos pidió que valorásemos el estado del camino y las cualidades del guía. El camino bien, el guía flojo. Aunque hay que reconocer que tras la charla de mitad de camino en la que le explicamos las cosas que creíamos que había hecho bien y las que no, cambió de actitud y a partir de ese momento lo hizo mucho mejor. Mingo ha venido para aprender el camino, le gustaría ser guía. Tiene aptitud y actitud, aprende muy rápido y si se lo propone podrá ser un buen guía.
Pablo y yo hacemos un par de soportes con bambú para los precios de los artículos de la tienda, porque normalmente están por ahí tirados. Esos pequeños detalles que dan sensación de orden y cuidado…
Hoy tampoco hay luz, el generador sigue sin funcionar, y el director no responde claramente a cuáles son los pasos que están siguiendo para repararlo. Lo normal.
Pablo
Domingo, pero nada de descanso. Hoy sí haremos la caminata, para disgusto del Vice director-Guía, más preocupado de descansar que de ganar un dinero (él se llevaría la mitad de lo que nos cobren). A veces tienen (todos) una actitud de rico que sorprende. Esforzarse para ganar dinero no mola.
La caminata es preciosa, por entre cafetales, plantaciones de cacao, bajo el pico Pico (original el nombre, verdad?) de más de dos mil metros, recubierto de vegetación. Lo hacemos con espíritu crítico: es trabajo, estamos evaluando al guía. Suspenso. No cuenta nada si no se le pregunta. Va desganado, haciendo el adolescente, cantando, gritando. Suerte que la caminata es bonita. Le decimos los fallos a mitad de camino, y, sorpresa, cambia algo la actitud. Eso sí, lo de mirar atrás a ver si hemos parado para algo o nos ha pasado algo, no lo pilla. Comemos jamón serrano y mentalmente damos gracias a nuestras madres y al sistema de envase al vacío.
Regresamos sudados, pero no hay agua. Ni una gota. Tres días sin ella. Nadie sabe nada de cuándo volverá ni porqué.
Acabamos de montar unas barras que estuvo pintando Itziar ayer, que quedan primer-mundistas y hacemos unas pruebas de unos soportes en bambú para poner etiquetas con precios a los objetos de la tienda. Estamos hechos unos artistas y, desde que hemos decidido adoptar la política de hacer cosas, no esperar a que las hagan, todo avanza mucho más fluido.
Sin saber muy bien porqué cenamos feijoada a las 7 de la tarde. Con velas, que luz tampoco hay.
Olá Itziar e Pablo
Tenho seguido com atenção o vosso «diário de bordo».
Aquilo que contam é o relato fiel da África profunda; não há muito interesse em aprender nem em melhorar e a perspectiva para o futuro não é muito animadora!
Ânimo! Para vocês é uma experiência inigualável! Paciência! Têm de ter muuuiiita paciência para ver se o vosso trabalho dá frutos!
Esperança! Alguma coisa dos vossos ensinamentos há-de ficar!
Beijos
Madre mía, no saben lo que han hecho contratando a Boli Rojo!!! a estas alturas ya deben tener claro que no se va a pasar nada por alto!!!
Ánimo chicos que estais haciendo un viaje maravilloso que siepre recordareis y por el que siempre os recordarán en África (sobretodo Mingo que seguro que se acuerda tambén de vuestras familias cada vez que va a hacer las «prácticas»).
Un bso enorme a Pablo el rubio y al moreno.
Marta