Domingo, 3 de octubre
Itziar
Domingo, día de colada. Aunque hace bastante calor, la ropa tardará mucho en secar por la altísima humedad que hay en el ambiente. En este país nos pasamos todo el día sudando…
Decidimos tomarnos el día libre e ir a dar un paseo. Tras casi una hora de caminar entre árboles de cacao, nuestra primera parada es Sta. Clotilde, una roça cercana. Aquí se dedican a la producción de cacao biológico y aprovechamos para ver el proceso de secado.
Tras otra hora y pico de caminata por el bosque llegamos a la carretera que va por la costa, donde entre mar y monte, con los cocoteros como compañía, enfilamos hacia nuestro destino: Santa Catarina, un pueblo de pescadores donde nos comemos un pescado delicioso en un cuchitril lleno de moscas mientras fuera cae una lluvia tropical. Volvemos en taxi compartido, que con cuatro horas de caminata hemos tenido bastante.
Cerca de la escuela recogemos unos cocos y Mingo nos enseña a descascarlos con un machete. La cosa tiene su arte pero aquí nacen con un machete en la mano y lo manejan como una extensión de su propio brazo.
Cuando conectan el generador y tenemos luz, Mingo y Kimilson, que ya ha vuelto de la ciudad, me piden que les enseñe a crear una cuenta de correo electrónico. Que para qué? Para enviar un mensaje a una chica, claro.
Pablo
Pillo mi primera diarrea del viaje. Extraño, pero cierto. Mal momento: tampoco hoy hay agua.
Para que el Director no nos repita nuevamente que él se queda “gustoso” con nosotros allí en el pueblo pero que hace 4 fines de semana que no baja a la ciudad; para que no nos venda la moto de un Cabo Verde libre, desarrollado y feliz como hace en cada almuerzo y cena; para no ser un engorro en un día en que no hay cocinera y para que no nos suelte el folletín e ideario de la escuela nuevamente, nos tomamos el día libre (del Director, en realidad). Nos vamos de excursión por la montaña bajando a comer a un pueblo de pescadores un buen pescado en salsa. Perdón, en aceite, con plátanos hervidos (con textura de patata). De vuelta, por suerte, ha aparecido el agua en las cañerías. Hacemos la colada, pero con la humedad que hay, con suerte se secará mañana. El Director, aunque no estuviéramos, se quedó en la escuela. Eso sí, se tuvo que inventar otra excusa.