Entramos en el país con el corazón en un puño. Con el culo bien apretado y la mirada baja. Pero la rapidez del control de inmigración (solo nos hicieron esperar quince minutos mientras el policía iba a preguntar a un superior qué hacer con nosotros) nos sorprendió y cuando estamparon el sello con la fecha […]
De sorpresa en sorpresa en Angola (1/2)
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