Extracto del capítulo 8:
A pesar de que en las siguientes páginas leerás sobre accidentes y enfermedades, no te alarmes ni obsesiones con la posibilidad de que te ocurra algo a lo largo del viaje: casi todo se puede prevenir y tiene fácil remedio. Por ello, y aunque los riesgos existen y están ahí, creemos que no justificarían que dejaras de visitar (salvo en el caso de una epidemia) aquellos países que quieras conocer.
Para minimizar problemas, acude al servicio médico antes de partir y ponte las vacunas que te indiquen. Durante el viaje, pon en práctica las precauciones fundamentales y si tienes síntomas de algo serio, acude a un centro de salud. Con todo, y por peligrosas o desconocidas que resulten algunas de las enfermedades a las que te puedas exponer, la mayoría son fácilmente curables con un medicamento administrado a tiempo.
Sin embargo, los riesgos sanitarios sí que son mayores para ciertos grupos como bebés y niños, embarazadas, personas mayores, inmunodeprimidas y con problemas médicos previos. Tenlo en cuenta si eres o viajas con una de ellas.
Por último, te explicamos qué hacer si enfermas, cómo mantener un buen estado de salud durante tu periplo y, también, algunos aspectos importantes de la salud al regreso.
Antes de la partida
Lo más prudente es empezar el viaje sin molestias ni problemas médicos y en el mejor estado físico posible. Por eso, antes de iniciarlo acude al centro de salud y hazte una revisión médica que incluya un análisis de sangre completo para comprobar que todo esté en orden. Si no conoces tu grupo sanguíneo, es un buen momento para preguntarlo. Si está todo correcto, puedes llevar una copia de los análisis contigo: te servirá a modo de historial en muchos sitios. O tal vez prefieras comprar el impreso legal y solicitar el certificado médico oficial, que para algunos transportes o actividades se te solicitará (ver capítulos 4 y 6).
También deberías acudir al dentista: no querrás que, en alguna aldea remota, te tengan que sacar un diente por algo que antes de partir era una pequeña caries. […]
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¿De qué no es posible vacunarse?
Los CVI informan también de los riesgos sanitarios que tiene cualquier viaje y asesoran sobre cómo preparar un botiquín (ver capítulo 5). Además, advierten sobre otras enfermedades endémicas para las que no hay vacuna, sus síntomas, tratamientos y la manera de prevenirlas. Las más serias y extendidas se transmiten principalmente por agua y alimentos, vectores (mosquitos), sangre y aire. A continuación te damos las claves para intentar evitarlas.
Enfermedades transmitidas por alimentos y agua
Son las más habituales en los viajes: diarrea, gastroenteritis, giardiasis, disentería, listeriosis, esquistosomiasis (bilharzia)… Para evitarlas, especialmente en lugares con condiciones higiénicas precarias, recuerda este dicho: “pélalo, hiérvelo, cocínalo u… olvídalo”. Además, estas son las medidas de precaución básicas:
– Beber agua purificada, filtrada, tratada con cloro o yodo (5 gotas por litro, si la concentración del yodo es del 2%) o hervida al menos 5 minutos. Si compras agua embotellada, asegúrate de que el precinto no está roto.
– Comer solo fruta y verdura pelada o que haya sido lavada con agua potable.
– No comer carne, pescado y huevo crudo o poco cocinado.
– No tomar bebidas con hielos ni helados.
– Lavarse las manos a menudo, especialmente antes de comer. Si no hay acceso a jabón y agua hay que hacerlo, al menos, con un desinfectante.
– La bilharzia se transmite por diminutas larvas que viven en ríos y lagos de agua dulce. Se debe evitar bañarse, ducharse o caminar en esa agua si se sabe que hay esta infección. Si ya se ha hecho, hay que secarse muy bien, enérgicamente. Tampoco se debe beber o lavar la ropa en ella.
Es posible que en un gran viaje, especialmente si visitas lugares remotos, esta conducta prudente sea imposible de observar en todo momento. No solo eso, sino que seguirla al pie de la letra hará que pierdas la oportunidad de probar comidas y bebidas fantásticas y exóticas. Así que si te apetece una ensalada, un zumo de frutas, beber de una fuente o comer en puestos callejeros […]
Si te gusta, bebe tónica. Sin embargo, es un mito urbano que su contenido en quinina ayude contra la malaria (la cantidad es tan mínima que necesitarías beber varios litros para que tuviera efecto).
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Enfermedades transmitidas por vectores (mosquitos principalmente)
Las enfermedades más comunes transmitidas por mosquitos, como el paludismo (o malaria), el dengue o la leishmaniasis, solo se dan en algunas zonas del mundo, por lo que es importante que te informes de si hay riesgo allí donde vas. La mejor protección contra estas enfermedades es la prevención, lo que significa evitar que los mosquitos te piquen. Para ello:
– Duerme bajo una mosquitera sin roturas ni agujeros, impregnada en permetrina, bien metida por debajo del colchón o tocando el suelo por completo. Si no tienes una, en países donde los mosquitos son un problema se pueden comprar fácilmente en farmacias o mercados. Al adquirirla, ten en cuenta que las hay de uno, dos y cuatro enganches, siendo estas últimas las más cómodas para dormir y estar, aunque ocupan más y son más difíciles de colgar. Muchos alojamientos disponen de ellas, pero inspecciónalas bien: a veces no están en buen estado y preferirás usar la tuya. Para los alojamientos donde no haya mosquitera te será útil tener las chinchetas, la cuerda de tender y un poco de cinta aislante para poder sujetarla a la pared, techo, etc. Si duermes en tienda de campaña, comprueba que la tenga incorporada.
– Usa repelentes. Hay varios tipos, con diferente nivel de protección: suave, con 50% de DEET (dietiltoluamida), y para zonas muy tropicales, con 95% de DEET. Otros compuesto recomendados incluyen IR3535, icaridina o elementos naturales. También se pueden aplicar en la ropa, si los mosquitos son muy agresivos (aunque en ese caso es mejor haberlas empapado previamente en permetrina). Hay antimosquitos en aerosol, roll-on para enchufar y de ultrasonidos (los que provocan mayor discrepancia sobre la efectividad entre viajeros). Evita los que se aplican directamente con las manos, como una crema.
– Viste con ropa de color claro o neutro, que […]
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© Itziar Marcotegui y Pablo Strubell
En este capítulo se habla de…
- La importancia de las revisiones previas a la partida.
- Enfermedades para las que hay vacunas y consejos de vacunación.
- Enfermedades transmitidas por alimentos y agua, y cómo prevenirlas.
- Enfermedades transmitidas por vectores (mosquitos) especialmente la malaria y el dengue. Qué hacer en caso de contraer estas enfermedades y qué hacer con la profilaxis si se va a estar varios meses de viaje.
- Enfermedades transmitidas por la sangre y ETS.
- Otros males menores (jet lag, mareo, mal de altura…).
- Qué hacer si se cae enfermo, cómo mantener la salud y cuidarse a lo largo del viaje.
- Estoy embarazada, ¿puedo viajar?
- Y, por último, de la salud al regresar a casa.
Leer más capítulos
- Capítulo 7 - El seguro de viaje
- Capítulo 8 - Salud: antes, durante y después
- Capítulo 9 - Gestión del dinero
- Capítulo 10 - Otros preparativos y cuenta atrás
- Capítulo 11 - En ruta
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