Extracto del capítulo 16:
A lo largo de tu gran viaje es casi seguro que tendrás infinidad de sensaciones, experiencias y vivencias diferentes a las habituales. Por si eso fuera poco, cada día será una aventura, un descubrimiento, y pasarán tantas cosas que casi ni te dará tiempo a asimilarlas. Por eso documentar tu viaje es tan buena idea: te servirá de memoria y así, pasado el tiempo, te ayudará a recordarlo con todos sus detalles. Cómo lo hagas depende de ti: puedes hacer algo muy personal e íntimo o algo público, para compartirlo con familia, amistades y la gente que vayas conociendo en ruta.
Como hay muchas maneras diferentes de hacerlo, debes encontrar la que más te guste y mejor se adapte a las condiciones de tu viaje. También puedes empezar con algún medio nuevo para ti: ¿por qué no escribir tu primer blog o comenzar a dibujar? A continuación te presentamos algunas maneras de registrar tus vivencias.
Diario de viaje
Es el medio más personal de documentar y recordar el viaje. No se necesita ningún conocimiento especial, más allá de saber escribir. Es barato, solo necesitas un cuaderno y un bolígrafo; es una actividad discreta, que no llama la atención ni molesta a nadie; se puede hacer casi en cualquier sitio; te entretiene mientras esperas un autobús o a que te traigan la cena…
Para tenerlo a mano y sacarlo en cualquier sitio, lo mejor es usar una libreta de bolsillo que pese poco. Salvo que uses una marca o tipo de diario muy específico, no hace falta que lleves contigo todos los cuadernos que vayas a necesitar desde el inicio: podrás ir comprándolos a medida que te hagan falta. Si llevas un ordenador, también puedes utilizarlo para escribir tu diario. Así podrás hacer copias de seguridad fácilmente e, incluso, usar los textos para artículos, etc. El inconveniente es que no lo puedes sacar en cualquier momento o lugar.
Si nunca has tenido un diario, quizá te preguntes qué escribir en él. La respuesta es sencilla: ¡todo lo que se te ocurra! Describe lo que has hecho en el día, tus sensaciones, cómo son los lugares y gentes que vas conociendo, lo que comes, […]
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No hagas fotos solo a monumentos, fáciles de encontrar en revistas, postales o internet. Te recomendamos que, sobre todo, retrates a las personas que vas conociendo, las cosas curiosas que te sorprenden (los carteles, esa comida tan rara, el autobús atestado de gente, tu rincón favorito de aquel pueblo…), las escenas cotidianas y costumbres diferentes… Al regreso agradecerás tener esos recuerdos menos típicos y más reales, que ayudarán a explicar y recordar mejor cómo era el día a día de tu viaje.
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Escribir un blog es parecido a hacer una versión digital del diario de viaje: es una página web que muestra por orden cronológico lo que vas escribiendo sobre el día a día, las impresiones, anécdotas o cualquier otra cosa que quieras. La diferencia es que no es tan íntimo, se escribe para compartir la aventura, para que aquellas personas a las que les gustaría viajar contigo lo puedan hacer, al menos, a través de tu bitácora. Y no solo eso, incluso gente que no te conoce tiene la posibilidad de leerlo y aprender de tu experiencia: un blog público (aunque si quieres puedes restringir quién lo ve) también puede inspirar y servir de ayuda a personas que quieran hacer un viaje similar, sobre todo si ofreces información de primera mano (los lugares que vas conociendo, cómo te mueves por un país y multitud de otros trucos viajeros).
La popularidad de los blogs se debe a que suelen ser gratuitos (basta con registrarse en alguno de los proveedores y ponerse manos a la obra) y, sobre todo, a que no hace falta tener conocimientos de programación: ofrecen un formulario en el que escribir y, si se quiere, subir fácilmente imágenes y vídeos, lo que enriquece mucho la información que se transmite. Además, se pueden actualizar desde cualquier ordenador (o smartphone mediante una aplicación) y son muy dinámicos, porque quien lo lea puede comentar tus entradas, estableciéndose así un diálogo. Por si fuera poco, se pueden conectar con las redes sociales para que todo el mundo esté al tanto de cuándo escribes algo nuevo. Solo te queda darle a tu blog un nombre fácil de recordar y si lo que quieres es compartirlo con mucha gente, puedes comprar un dominio con esa denominación (y la extensión .es, .cat, .mx, .com o la que te apetezca).
Hay proveedores de blogs específicos de viaje y otros generalistas. Los primeros te permiten estar dentro de una comunidad y además incluyen características muy útiles para quien viaja (mapas dinámicos en los que seguir tu ruta […]
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Si no quieres complicarte la vida grabando tu voz para hacer un podcast, hay programas que permiten llamar desde un teléfono fijo a una grabadora virtual, que luego se encarga de guardar el monólogo y ponerlo a disposición de tus seguidores en el blog para que puedan escucharte como si estuvieras charlando en la radio. Dos proveedores son Twilio y Tropo.
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Fotografía
Ya sabes lo que dicen: una imagen vale más que mil palabras. Afortunadamente, la fotografía es un medio muy accesible: es barato conseguir una cámara decente, no se requieren muchos conocimientos técnicos ni espacio en el equipaje y las fotos ilustrarán y te recordarán fácilmente tu viaje cuando regreses.
Casi nadie viaja ya con una cámara analógica: es difícil conseguir negativos (y más aún diapositivas), es un engorro almacenarlos una vez usados y tiene un coste añadido si hay que enviarlos a casa por mensajería. Gracias a las cámaras digitales todo esto ha mejorado.
Si lo que pretendes es hacer fotos únicamente para recordar tu viaje, te bastará con una cámara compacta sencilla. A algunas personas, les resulta suficiente incluso con la del teléfono móvil. No es necesario gastarse mucho dinero para sacar buenas fotos y, además, si la cámara no es muy cara, no te importará sacarla y utilizarla en cualquier momento y circunstancia. Algunas tienen muy alta resolución, seguramente más de la que necesites para ver las fotos en tu ordenador, imprimirlas en un tamaño estándar o publicarlas en la web. Cuando elijas tu cámara, ten en cuenta que lo más importante es una buena óptica y no tanto el número de píxeles o la potencia del zoom. Si tiene vídeo incorporado, te permitirá grabar momentos y sonidos que ilustren algunas situaciones mejor que una instantánea.
Si lo que quieres es una cámara compacta con más prestaciones, elige una lo más luminosa posible (apertura de diafragma cercana a 2.0), con posibilidad de disparo en ráfagas, en JPG y RAW (aunque con las JPG en alta resolución probablemente […]
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© Itziar Marcotegui y Pablo Strubell
Este capítulo además trata…
- Blog: cómo elegir el mejor para relatar tu viaje y cómo hacerlo interesante y ameno.
- Fotografía: cómo escoger el equipo ideal. Copias de seguridad de las imágenes y otros consejos.
- Vídeo: equipo y recomendaciones.
- Grabaciones de sonido/podcasts.
- Dibujo y pintura.
Leer más capítulos
- Capítulo 14 - Viajar de manera responsable
- Capítulo 15 - Mantenerse en contacto
- Capítulo 16 - Documentar el viaje
- Capítulo 17 - Viajar es para todos
- Capítulo 18 - El temido regreso
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