Extracto del capítulo 12:
Por mucho que pueda asustar visto desde la distancia, en general, viajar por el mundo no es mucho más peligroso que hacerlo por el propio país. La mayoría de los problemas que vamos a ver en este capítulo (y que son los más habituales en un viaje) tienen relación con robos y accidentes, muchos de los cuales pueden suceder también en tu lugar de origen. La realidad es que la mayor parte del mundo es segura y en ella se vive con tranquilidad y en paz, aunque los medios de comunicación parezcan empeñados en mostrar lo contrario. Sí es cierto, sin embargo, que hay algunas zonas inestables, países en guerra y ciudades con altos índices de delincuencia en donde hay que extremar la cautela.
Estés donde estés, en cualquier caso, debes prestar atención a lo que sucede a tu alrededor: cuanto mejor sepas lo que ocurre, menor será la posibilidad de que te encuentres en situaciones desagradables o peligrosas. Eso sí, no permitas que la paranoia estropee el disfrute de tu viaje, en general no es necesario ser más prudente que en tu propia ciudad.
Aunque cueste creerlo, incluso en estados famosos por la alta conflictividad de su política internacional (como Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela) la mayoría de la gente te verá como un invitado, no como una infiel, un colonizador o una hija del capitalismo. Tal vez alguien no comparta la filosofía de vida o ideales de tu país, cultura o religión, pero habitualmente te verán como una persona que, al igual que ellas mismas, merece respeto y hospitalidad. Así, la mayoría de la gente se acercará a ti con amabilidad y curiosidad, con la pretensión de charlar y conocerte. No dejes que el constante temor al timo, al robo o a la agresión estropee una de las más gratas experiencias de viajar: el contacto con habitantes de otros lugares. Nunca lo imaginarías viendo las noticias, claro, pero esa es una de las bellezas de recorrer el mundo: conocer la realidad de los países en primera persona, como nunca nadie podría habértelas explicado.
Seguridad personal
Para viajar con seguridad, lo primero es saber dónde te metes: la mayor parte de los países, incluso los gobernados por dictaduras, son tranquilos y seguros para quien los visita. Hay, sin embargo, algunos que en momentos determinados se encuentran en situación de inestabilidad política, en conflicto, con problemas por terrorismo o en guerra. La realidad es que incluso se puede ir a estos últimos, aunque la prudencia aconseja no hacerlo. En ocasiones la tensión está muy localizada en una zona (Casamance en Senegal o Cachemira, disputada por la India y Pakistán, por ejemplo), en el tiempo (por la celebración de una fiesta religiosa, por la proximidad de las elecciones…) o entre grupos (etnias, bandas o religiones rivales), lo que permite visitar otras regiones tranquilas del país o hacerlo en momentos de calma. Lo fundamental es tener información actualizada de la situación en que se encuentra el destino que se quiere visitar. Para ello, investiga en las páginas del ministerio de asuntos exteriores de tu país, en periódicos locales o regionales, guías de viaje (especialmente para conocer el contexto), oficinas de turismo y pregunta a otras personas que lo hayan visitado recientemente (ver capítulo1).
Como medida de seguridad general, antes de partir deja tu itinerario a alguien de confianza y actualízalo con regularidad. Si viajas con un billete de vuelta al mundo, estarán claros los lugares que visitarás y en qué fechas. Si piensas ir improvisando, informa al menos del recorrido tentativo.
Afortunadamente, los temidos secuestros a turistas no son habituales. Una manera de minimizar el riesgo en aquellos países donde a veces se producen raptos, es salir de las zonas turísticas, mantener un alto grado de discreción y no frecuentar restaurantes y bares donde haya expatriados. Si sospechas que te están siguiendo, no vayas directamente a tu hotel, ve a un lugar donde haya mucha gente o a una comisaría. Y no compartas tus planes con desconocidos que te produzcan desconfianza.
Cualquier ciudad en apariencia tranquila puede sufrir un cambio brusco en sus condiciones de seguridad (por una manifestación con […]
Algunas personas precavidas guardan su dinero en lugares poco habituales, pues algunos ladrones ya conocen la costumbre de llevarlo en bolsillos interiores o cinturones de seguridad. Puedes hacer un bolsillo secreto en tus pantalones, por ejemplo, cosiendo en su interior una cremallera, en la que guardar doblados algunos billetes grandes. Nadie los buscará allí y, normalmente, no te quitarán el pantalón. La bolsa de ropa sucia, un frasco en el neceser o bajo la plantilla de los zapatos son otros sitios donde guardar el efectivo..
[…]
Seguridad de la documentación y del dinero
Escanea los documentos más importantes (pasaporte, carné de vacunación, permiso de conducción, cheques de viaje, etc.) y envíalos a tu correo electrónico o a un sistema de almacenamiento en la nube (ver capítulo 15) o usa el servicio de Baúl de viaje de ISIC (si eres titular de sus tarjetas) para poder acceder a ellos en caso de necesidad. Envíaselos también a una persona de confianza y déjaselos además fotocopiados, tal vez te los tenga que enviar en algún momento de apuro. Lleva tú también una copia impresa en tu equipaje.
Un gran dilema viajero es si llevar el pasaporte encima o dejarlo en el hotel. En algunos lugares es obligatorio llevar una identificación. También puede ser necesario para hacer alguna gestión como pagar con tarjeta bancaria o cambiar dinero. En esos casos, llévalo; si no, en general es más seguro dejarlo allí donde te hospedes. Pero no vayas sin identificar por completo: lleva al menos tu DNI o una fotocopia del pasaporte. En muchos países es posible legalizar una fotocopia de tu pasaporte en un organismo oficial (comisaría, ayuntamiento, ministerio de interior…) para llevarla siempre encima y poder dejar tu pasaporte a buen recaudo en tu alojamiento. En países famosos por su corrupción, en caso de que un funcionario te lo solicite, intenta no desprenderte del pasaporte, dando en primer lugar una fotocopia (legalizada o no) por si es suficiente.
Si dejas el pasaporte en tu alojamiento, algunas personas prefieren dejarlo dentro de la maleta cerrada con llave y otras se decantan por dejarlo en la caja fuerte de la recepción o de la habitación, si es que tiene. Evalúa la confianza que te da el establecimiento, sus empleados y su caja fuerte. Si dejas el pasaporte y otros objetos de valor, pide un recibo detallado.
En desplazamientos largos o en los que te vayas a separar de tu equipaje, lleva todos los documentos en un bolsillo interior de seguridad, siempre pegado a ti. Si es una zona donde hay muchos controles de pasaporte, tenlo bien guardado pero a mano para no tener que rebuscarlo cada vez que te lo pidan. Tampoco lleves todo el dinero en el mismo lugar: repártelo entre la cartera, los bolsillos, el […]
[…]
© Itziar Marcotegui y Pablo Strubell
Este capítulo tiene también información sobre…
- Seguridad frente a robos, timos y engaños.
- Seguridad del equipaje.
- Seguridad de tu medio de transporte.
- Cómo actuar frente a un intento de soborno o chantaje.
- Qué hacer si te lo roban todo.
- Qué puede hacer tu embajada por ti.
Leer más capítulos
Dónde comprar el libro
Puedes comprar el libro en las mejores librerías especializadas, en librerías digitales o a nosotros directamente a través de nuestra web. Conoce dónde: Dónde comprar