Extracto del capítulo 11:
Un gran viaje no es como uno de un par de semanas en el que, muchas veces, se llevan los hoteles reservados, las excursiones contratadas y se ha planeado lo que se quiere hacer y ver cada día. En uno de varios meses la restricción y la presión del tiempo limitado se diluyen, casi desaparecen, quedando más lugar para la improvisación y para dejarse llevar por los deseos. Así, cambia la forma en que se vive el día a día, sin tanta necesidad de exprimir cada minuto. Claro que se quiere aprovechar el tiempo, pero el ritmo de un viaje corto requiere de una energía que, de mantenerse en uno largo, acabaría desgastando hasta al trotamundos más experimentado.
Uno de los errores más frecuentes al iniciar un gran viaje es querer hacerlo, verlo y probarlo todo… nada más empezar. Es normal: tras meses de preparativos, por fin estás en camino y quieres hacer todo aquello que has estado soñando. Nuestra recomendación es clara: ¡calma!, empieza poco a poco. Una de las grandes ventajas que tendrás es que, por fin, estarás libre de horarios y del corsé de conceptos como eficiencia, optimización, rapidez… Date tiempo para conocer, aprender, saborear, disfrutar… Cuanto más rápido intentes avanzar, con menos intensidad y profundidad vivirás las experiencias. Así que haz el esfuerzo, sobre todo al principio, de ir despacio y disfrutar de tu nueva situación.
Un gran viaje es, sin duda, mucho más gratificante y enriquecedor que uno corto pero, a la vez, más exigente: quizá en la distancia eches de menos tu casa, familia y amistades; tal vez sea duro físicamente porque no duermas todo lo bien que te gustaría, por las horas de transporte, por el calor o el frío; puede que sientas cansancio mental por tener que hablar en otro idioma o por no saber si tus actos van a causar alguna ofensa según las costumbres del lugar; tus sentidos se pueden ver saturados por la cantidad de cosas que te llaman la atención; seguramente tengas que adquirir nuevas rutinas como regatear, preguntar el precio de todo antes de consumirlo, buscar dónde dormir y comer cada día… Además, como las experiencias se viven de una manera más constante, son más difíciles de digerir: aún no te ha dado tiempo a acostumbrarte a una ciudad o a una cultura y ya estás entrando en otra.
Uno de los motivos que empujan a muchas personas a emprender un gran viaje es, entre otros, salir de la rutina, sin pensar que se crearán otras nuevas que al cabo de un tiempo también pueden llegar a cansar. Efectivamente, no todo son momentos fantásticos, lugares paradisíacos y sensaciones únicas. Lo importante es poner remedio antes de llegar al hastío: duerme en diferentes aojamientos, desplázate en distintos medios de transporte, cambia los sitios donde comas, aprovecha para realizar actividades que en tu país no sería fácil llevar a cabo… También podrás encontrar problemas (de salud, burocráticos, logísticos…), pero no dejes que te arruinen el viaje: saca tu buen humor, encuentra el lado positivo y aprende de la experiencia.
En este capítulo te hablamos de cómo lidiar con el choque cultural que enfrentarás a lo largo de tu ruta y de cuestiones logísticas. Y te recomendamos que, siempre que puedas, aproveches todas las opciones posibles de transporte, alojamiento y comida: es parte de la experiencia y así la enriquecerás mucho más. […]
Si has llegado en transporte público a un lugar remoto o aislado, lo primero que debes hacer es averiguar cómo puedes irte de ahí. Si te ha costado llegar, seguramente no sea fácil salir.
[…]
¿Dónde voy a dormir?
Dependiendo del país en el que te encuentres (de su nivel de desarrollo, de si recibe mucho turismo…) y del lugar concreto (una ciudad grande, un entorno rural, un parque natural, un pueblo con alguna atracción turística, etc.) la oferta de alojamiento será muy diferente. Si no quieres caer en la rutina, intenta dormir en tipos diferentes de alojamiento aprovechando las ventajas que tiene cada uno de ellos:
- Camping: si tienes el equipo necesario, es una manera barata de dormir, aunque muchas veces están alejados de núcleos urbanos o en las afueras. Si no llevas tienda, muchos campings las alquilan o disponen de cabañas. Pero estas instalaciones no son el único sitio para acampar: puedes hacerlo en el jardín de alguien, en plena naturaleza o en un parque o playa, normalmente de manera gratuita. Ojo, no siempre es legal y en las ciudades puede ser incluso peligroso.
- Misión, convento, templo: ofrecen habitaciones sencillas y baratas. Además de alojarte, en ellos podrás conocer cómo es la vida de las personas que viven allí e, incluso en algunos, participar de sus ritos, rezos, meditaciones… En ocasiones requieren cierto compromiso con las reglas religiosas y a veces ponen normas a la admisión de huéspedes (por ejemplo, es infrecuente que hospederías católicas permitan el alojamiento de parejas no casadas en la misma habitación o que en monasterios ortodoxos se admita a mujeres).
- Casa particular, bed and breakfast: en algunos países es posible dormir en alojamientos familiares (homestay, chez l’habitant), sea una yurta, una choza de adobe, una granja o un apartamento, pagando algo a quien vive en ellas. Recuerda que ahí vive gente, no es un negocio hotelero: es necesario ser muy respetuoso. Existen también redes sociales que, a través de internet, ponen en contacto a viajeros con personas dispuestas a alojarlas en sus casas de manera gratuita (ver anexo), una excelente manera de conocer de cerca la vida diaria de tus huéspedes y recibir sus recomendaciones para disfrutar más del lugar.
- Hostal de mochileros, albergue de juventud: son establecimientos sencillos para alojarse y, también, donde conocer otros trotamundos y compartir experiencias e información con ellos. Además de habitaciones, suelen tener dormitorios compartidos, a veces separados por sexos. Muchos disponen de una cocina para uso de los huéspedes y algunos ofrecen servicios extra como acceso a internet, lavandería, bar, restaurante… También hay residencias universitarias que ofrecen sus habitaciones cuando no hay actividad lectiva, normalmente a buen precio. […]
Procura no llegar de noche a una ciudad que no conoces: es más difícil orientarse, habrá menos transporte público (o ninguno), suele ser más inseguro…
[…]
El regateo
El regateo consiste en una negociación para llegar a un acuerdo de compra-venta en lugares donde los precios no están establecidos de antemano. Si llegas a un lugar donde se regatea, entonces regatea. Hay diferentes costumbres y, por ejemplo, en unos países el valor inicial lo pone quien vende y en otros quien va a comprar; en algunos conseguirás una pequeña bajada respecto al de partida del vendedor, mientras que en otros la diferencia puede llegar a ser enorme. La ley de la oferta y la demanda también se aplica al regateo: cuanto más exclusivo sea un producto (por ejemplo una cerámica o joya artesanal, una pieza única), menor será el descenso del precio.
En algunos países se regatea todo: alojamiento, transporte, comida, recuerdos, ropa… En otros, solo se da en mercados informales o en productos o servicios destinados al turismo. En los lugares donde se practica, es fundamental llegar siempre a un acuerdo en el precio antes de recibir el servicio o el producto. No te fíes del “luego me das lo que quieras” porque es muy probable que acabe en una situación incómoda.
Cuando el regateo es constante puede llegar a ser agotador, pero si es ocasional es entretenido y hasta divertido, pues tiene mucho de teatro: aunque aparentemente los vendedores se ofendan, casi nunca lo están de verdad, así que no te sientas en la obligación de comprar por muchos aspavientos que hagan. Otros pueden intentar camelarte diciendo que te van a hacer un buen precio porque eres el primer/último cliente o por ser de tal país o ciudad. Y por más gestos de espanto y declaraciones de injusticia que haga el vendedor al acordar la venta, ten en cuenta que debe ser una experiencia satisfactoria para ambas partes y que no lo haría si no estuviera ganando con ello.
Si nunca has regateado (o quieres adquirir nuevas técnicas) aquí te damos algunas recomendaciones:
- Previamente, entérate cuánto es habitual bajar el precio en el lugar donde estás, para así poder llegar a un acuerdo satisfactorio sin que te timen (lee tu guía de viaje o pregunta a alguna persona local o viajera).
- Es bueno que sepas algo de lo que vas a comprar, especialmente si es artesanal o de mucho valor, para que no te den gato por liebre.
- Las tiendas que salen en las guías pueden ser más fiables en la calidad de sus productos, pero probablemente tendrán precios más altos y se podrá regatear menos.
- Si lo que quieres comprar está disponible en muchos comercios, pregunta en varios para conocer el mejor precio de partida (sin hacer contraofertas, para no iniciar la negociación).
- No vayas con prisa.
- Mantén el sentido del humor y la sonrisa y no pierdas nunca la educación.
- Tómatelo como un juego e intenta disfrutar: bromea con que si te cobra un precio tan alto tus hijos no podrán cenar esa noche; que te gustaría pagar eso, pero que no eres un futbolista rico… lo que se te ocurra, utiliza la creatividad.
- Cuanto mejor reloj y ropa lleves, mayor será el importe final.
- Cuanto más vean que quieres conseguir el objeto que regateas, más firmes se mantendrán en su precio. Muestra interés por otras cosas antes de preguntar por el que de verdad te interesa.
- Intenta que la negociación no se produzca delante de otras personas que pudieran ser clientes, porque su presencia puede incentivar a que el vendedor mantenga los precios altos.[…]
[…]
© Itziar Marcotegui y Pablo Strubell
Este capítulo, además, incluye mucha información sobre…
- El choque cultural y cómo sobrellevarlo.
- Cuestiones logísticas: ¿Dónde voy a dormir? ¿Dónde voy a comer? ¿Cómo me voy a mover? Cómo manejarte en aeropuertos y estaciones.
- Actividades durante el viaje.
- Comprar recuerdos y qué hacer con ellos.
- Cómo cruzar fronteras terrestres.
- El regateo.
- Las propinas.
- La higiene personal.
- Viajeros homosexuales.
- Qué hacer si te lo ponen difícil para conseguir un visado.
- Cómo funciona la poste restante.
- Y muchos consejos, trucos y recomendaciones prácticas de trotamundos para trotamundos.
Leer más capítulos
Dónde comprar el libro
Puedes comprar el libro en las mejores librerías especializadas, en librerías digitales o a nosotros directamente a través de nuestra web. Conoce dónde: Dónde comprar